EL GRITO DE LAS MUJERES
Berlín celebra por primera vez un nuevo día festivo.
¿Cuantos kilómetros faltan para llegar a la igualdad?
“Pensaba que no iba a venir tanta gente con el tiempo que hace”, dice Urszula llena de alegría. Este año el día de la mujer es como su carácter, imprevisible. Unos débiles rayos de sol asoman tras una mañana lluviosa. Su organización lleva meses preparándose para este evento. Y el resultado se ve. Todas han llamado a amigos y amigas para asistir a la manifestación. Algunos vienen con niños, sin saber dónde situarse para que no haya ningún peligro.
Lo que llama la atención es que faltan familias completas. En el tren, un padre enseña a sus niños los edificios más importantes de la capital. “Ese es el Bundestag”, dice. Una pareja a su lado se está abrazando, parece que viajan juntos. Podría ser perfectamente un domingo. Otra pareja, me cuentan después, han comprado sus billetes meses antes para viajar a Berlín y ahora se llevan una desilusión: Todo está cerrado. Como la decisión se tomó a finales de enero, nadie contaba con este cambio. Las asociaciones empresariales estimaron que con un día libre adicional la capital renuncia a una producción económica de 160 millones de euros.
El dinero manda en otros sectores, pero lo que importa hoy aquí es la participación. Entre los manifestantes, Dziewuchy Berlin, agrupación que se inició como un grupo de Facebook hace tres años. Bien preparadas buscan el carro tras el cual caminar. Pero antes, tienen que terminar de prepararse. Sacan unos camisones con el mensaje “My body my choice” en tres idiomas diferentes. Después los cuelgan en unas perchas, y se sacan unas fotos. En una tela que llevan se ve todavía el precio de la tienda de segunda mano Humana. ¿Por qué sin quitar? “Lo hicimos a propósito”, dicen a la vez.
Son las dos de la tarde. Ambiente festivo en la céntrica plaza de Alexanderplatz, y todos emocionados gritando: “My body, my choice, raise your voice”. Es el lema del día. Parar, escuchar, hacerse oír. “Cuando estamos de huelga, el mundo se detiene”, dice un anuncio promocional de la manifestación. El grito une a todas: aquí en Berlín, en Alemania y en toda Europa. Pancartas hasta donde alcanza la vista. “Cambio regla por un Rolex” es solo uno de los reclamos de hoy. Sobre todo, gente joven aprovecha la posibilidad de expresar sus ideas en público. Muchos de ellos son simpatizantes de Die Grüne, el partido Verde y de Jusos, las juventudes socialistas.
“My body, my choice, raise your voice”

No faltan los comentarios de indignación sobre la presidenta del CDU y sucesora de Angela Merkel, Annegret Kramp-Karrenbauer. Durante el carnaval, solo unos días antes, ella hizo una declaración en tono humorístico acerca del tercer sexo, que causó una ola de fuertes críticas. Mientras que esperamos el comienzo de la manifestación, en un escenario una portavoz expresa el objetivo de juntarse hoy. El día de la mujer, el 8 de marzo, y por primera vez en Berlín un día festivo.
Por eso nos hemos reunido, para celebrar y también alzar la voz para denunciar los problemas que nos rodean: Diferencia salarial, la decisión sobre nuestro propio cuerpo respecto al aborto, la violencia de género y mucho más. El camino que tenemos por delante, casi seis kilómetros para recorrer. ¿Pero cuánto nos acerca a cambiar la realidad?
Hace más de 100 años, en marzo de 1911, tuvo lugar el primer «Día de la Mujer» en Alemania, por sugerencia de la socialdemócrata Clara Zetkin. En ese momento, el motivo era principalmente la demanda por el derecho de las mujeres a votar. Aunque los temas han cambiado, todavía hay deficiencias significativas en cuanto a la igualdad de géneros.
Solo con gritos no se producen cambios, aunque estos sean fuertes y unidos. Hay que tomar medidas políticas. A pesar de decretar un día libre más, falta la presencia de algunos representantes políticos. En ese día principalmente Dilek Kolat (SPD) del parlamento de Berlín y la presidenta Annalena Baerbock (Bündnis 90/Die Grünen) han dedicado parte de su tiempo para unirse a la multitud. Incluso Kolat, que desempeña el cargo de Secretaria de Estado de Salud, Atención e Igualdad, estaba repartiendo rosas en la calle, al igual que otros años.
“Berlín es la ciudad de las mujeres. Tenemos la ventaja de muchas maneras: tenemos la mayor proporción de mujeres en posiciones de liderazgo, el mayor porcentaje de profesoras, y un enorme sistema contra la violencia”, subraya ella en una entrevista para la emisora Inforadio. Pero también es cierto que los hombres ganan más que las mujeres y reciben un 56 por ciento más de pensión que ellas. Además, existe una alta proporción de mujeres entre los padres solteros.
Eso no lo cambiará un día libre entre los 365 días del año. Pero se acaba de dar el primer paso. “La mayor parte del trabajo familiar y del cuidado de dependientes la hacen mujeres”, criticó en una declaración Maria Loheide. Ella es la responsable de Política Social de la organización evangelista, Diakonie Deutschland. Después añadió: “Ni siquiera representan un tercio de los ejecutivos o parlamentarios”. Según ella, se necesitan normativas legales y estructuras que permitan una protección a las mujeres.
Los mejores momentos del día:
La jornada de lucha está escrita en la cara de los participantes durante la manifestación hoy. En total somos más de 25.000 personas. Cada una con su historia, con sus aportaciones, y muchas con bufandas y la cara pintada de color violeta. “A woman’s place in the revolution”, dice una pancarta en una bicicleta. En el asiento trasero, una niña de unos cuatro años que está acompañando a su madre.
Urszula de Dziewuchy Berlin sabe qué es ser madre dedicada e independiente. Hace unos años se ha trasladado de Baviera a Berlín. Preguntándole por qué, responde que no era feliz allí, aunque tenía un puesto mejor pagado. Cambiamos de tema poco antes de llegar a Kottbusser Tor, donde termina el recorrido de la manifestación.
Ella y Anna me cuentan acerca de sus objetivos como representantes de las feministas polacas en Berlín. El estado vecino tiene una política estricta contra el aborto, al igual que en Alemania y otros países de Europa. En Alemania, el caso de una promoción para practicar abortos realizada por un médico desde su página web provocó durante unos meses una fuerte discusión, la cual a finales de febrero provocó la aprobación de una modificación en el párrafo 219a del Código Penal alemán.
Urszula y Anna repasan las impresiones del día. “Ver que toda la preparación ha merecido la pena, es increíble”, dice Urszula emocionada, recordando los meses de trabajo en equipo de su organización. Pero no olvidan destacar la división que existe desde hace años entre las feministas en la ciudad. “Todas queremos lo mismo, pero cada grupo va a su bola”, lamenta Anna. Este año ha vuelto a ocurrir. Otra asociación convocó una marcha en bicicleta e hizo una ruta completamente diferente, pasando frente una cárcel de mujeres. La única página que existía sobre la manifestación oficial no incluía todos los eventos reivindicativos del día, solamente la página web oficial de Berlín contenía la totalidad de las actividades.
Mientras tanto se escuchan los bajos de la música electrónica procedente de un concierto en la plaza. Ya son casi las ocho de la tarde, y ha sido un día largo para todas. El día siguiente mis compañeras se van a Polonia para dar una charla. ¿Qué desean a los hombres de Berlin, que gracias a todas nosotras se aprovechan de un día libre? A la manera de Kolat en la calle: “Hoy no hay una rosa para ti”. Urszula añade entre risas: “Les deseo todo lo mejor”.
Radosveta Strumenlieva